La Unió de Llauradors i Ramaders estima que la cosecha prevista de almendra en la Comunitat Valenciana para esta campaña experimentará una caída del 33% en relación a la pasada, debido a diferentes adversidades climatológicas.

La estimación de esta formación agraria señala que la cosecha de almendras de las tres provincias valencianas estará cerca de las 3.400 toneladas de grano, frente a las 5.090 toneladas del año pasado, lo que supone una de las producciones más bajas de las últimas campañas.

Las cifras de la actual cosecha todavía podrían ser más bajas, a la espera de conocer la evolución en las zonas productoras de Castellón tras la tormenta de pedrisco de hace diez días.

Por provincias, La Unió estima que la producción será de 1.521 toneladas en Alicante, 656 en Castellón y 1.243 en Valencia, lo que supondrá una reducción de cosecha del 14%, 60% y 26%, respectivamente.

Las comarcas valencianas con mayor producción de almendra son, en primer lugar, la del Vinalopó, en Alicante (21% del total), que con 1.050 toneladas prevé un descenso del 8%. En segunda posición se sitúa la de Utiel-Requena, con 450 toneladas previstas y un 38% de reducción. Y en tercer lugar, la Plana Alta, con 325 toneladas y un descenso del 60%.

Las causas de este descenso en la producción de cosecha son fundamentalmente meteorológicas y han influido varios factores: la sequía del pasado año, las heladas que se dieron en la segunda quincena de febrero de este año y también las lluvias persistentes que durante más de diez días afectaron a las zonas productoras, lo que provocó una reducción importante de la polinización y como consecuencia de ello una escasez de cuajado.

También hay que tener en cuenta la incidencia de las tormentas acompañadas de pedrisco.

Según el responsable del sector de frutos secos de La Unió, José Juan Cano, «si se confirma finalmente esta importante merma de la producción, similar a la de la campaña pasada, el precio que reciba el agricultor debería de ser al menos similar al que está recibiendo en estos momentos o incluso superior, y no tendría ningún sentido que, con el aumento de consumo internacional de almendra y la baja cosecha, los precios desciendan».

Temerosos de maniobras comerciales para frenar cualquier atisbo de mejora de precios (como ha ocurrido tantas veces en situaciones similares), el representante de La Unió ha señalado que los productores de almendras se mantienen vigilantes de la evolución del mercado y «denunciaremos cualquier irregularidad o manipulación interesada que provoque una caída de precios contra natura».

En los últimos años se está registrando un aumento de la demanda mundial de almendras, sobre todo marcada por la subida del consumo en China, India y países árabes, por lo que California, que es la primera productora mundial, está desviando hacia dichos destinos gran parte de sus exportaciones que antes se dirigían a mercados europeos.

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